
Él consideraba a sus gatos como hijos. Cuando estaba de gira, pasaba horas en el teléfono charlando con sus amados gatos.
Pidió a la artista Ann Ortman que inmortalizara sus adorados felinos pintando sus retratos. Algunos de esos retratos son :


Esta canción apareció en el disco “Innuendo” en 1991, poco antes de su partida.